No le mates… una carta desde el Corazón!

No le mates… una carta desde el Corazón!

Vivimos en un mundo cada vez más difícil. La justicia ya no es justa. El amor escasea. La empatía parece haber muerto. En este panorama, traer un hijo al mundo no es una decisión ligera. Hay madres con el corazón lleno de deseo de tener un bebé, pero no pueden. Y otras que sí lo tienen… pero los abandonan. O peor aún, les quitan la vida.

Yo soy hija de una de esas decisiones. A los dos meses de nacida, mi mamá biológica me dejó con mi abuela y se fue. Durante años me pregunté: ¿por qué? ¿Por qué no me crió? ¿Por qué no me eligió?

Con el tiempo entendí que no todas las mujeres nacen para ser madres. Y cuando eso pasa, quizás lo mejor que pueden hacer es entregar ese bebé a alguien que sí pueda amarle, cuidarle, darle una vida digna. Porque hay tantas mujeres que sueñan con ser mamás, pero no pueden. Podrías ser la bendición de alguien más.

No culpo a mi madre. Hoy entiendo que me hizo un bien. Me dejó con mi abuela, quien me dio amor y cuidado. Gracias a ella, hoy soy quien soy.

Lo que sí no puedo entender, lo que me parte el alma, es ver bebés en bolsas, en zafacones, en manos de padres que les golpean hasta que no respiran. ¿Qué puede estar pasando por la mente de alguien para hacerle daño a un ser tan inocente?

Este mundo es oscuro. Nos arrastra con su desesperanza, con la angustia de no poder pagar facturas, de no tener trabajo, de vivir bajo presión constante. Pero aun así, haz lo correcto. No le quites la vida a un ser tan puro. Imagina el dolor de ese bebé que te ve llorar, que te ve romperte, pero no puede hablar. Y de repente, quien debía cuidarlo… lo mata, lo abandona, lo deja sin comida, sin amor. Eso me rompe el corazón.

Esa vida salió de ti. ¿Has pensado en lo maravilloso que es tu cuerpo, que puede crear vida? Ese ser que te mira contemplando su mundo… que te regala una sonrisa con el amor más puro que existe.

Por favor, no le hagas daño.

Hoy tengo mi segundo bebé. Tiene tres meses. Cuando lo miro, siento que mi corazón camina fuera de mi cuerpo. Me mira como si yo fuera su mundo. Y él es el mío. No hay amor más puro. Por eso no comprendo cómo hay quien puede apagar esa mirada. Esa vida.

Si no quieres ser madre o padre, no te juzgo. Pero por favor: no lo mates. Ese bebé no tiene culpa. Hay formas de buscar ayuda. Hay personas que sí desean ese rol y lo abrazarían con todo el corazón.

Yo también pasé por momentos duros. El cambio de vida, la falta de descanso, la lactancia… todo me afectó. Me sentí agobiada, lloraba, no me reconocía. Pero busqué ayuda. Hoy tomo una pastilla diaria que me ayuda a manejar la ansiedad. Y gracias a eso, sigo dando amor, sin reservas, a mi hijo.

No te abochornes por necesitar apoyo. Hazlo. Busca ayuda. No tomes una decisión de la que puedas arrepentirte toda la vida. No destruyas la vida de un ser inocente ni la tuya.


Desde lo más profundo de mi corazón, simplemente quiero crear conciencia:

No lo mates. Busca ayuda. Ámate más!

0 comments

Leave a comment

Please note, comments must be approved before they are published